lunes, 29 de marzo de 2010

Time Machine

El joven científico recién ha terminado la maquina que le perimirá reescribir la historia. En sus manos tiene lista de las personas que, según el, jamás debieron existir y supone que eliminándolas en el momento adecuado podrá evitar que estos cometan los errores que convirtieron este mundo en el retorcido lugar que es hoy.
Con una determinación increíble, se dispone a abordar la maquina y antes de poder poner el primer pie sobre ella siente como un proyectil se incrusta en su espalda. No alcanzaba a comprender nada de lo que está sucediendo hasta que pudo distinguir, bajo la tenue luz del laboratorio, la figura de aquel hombre de edad avanzada que sostenía en sus manos un arma aun humeante mientras se iba desapareciendo lentamente en la medida en que sus venas se vaciaban. Ahora todo esta claro, nunca debió construir aquella maquina.

lunes, 22 de marzo de 2010

Cena Familiar

Otra discusión en la mesa. Como de costumbre, Ella es quien dirige la orquesta. El escenario la mesa de la cocina. El tema, ya habitual, son los problemas económicos y la juventud perdida. Tu no sirves para nada – vocifera Ella mientras El, como de costumbre, se queda inmóvil en su silla. Al otro lado de la mesa, el rostro de la niña se muestra igual de inexpresivo. En esta casa nadie me ayuda en nada – continua gritando Ella – tengo que pasar todo el día trabajando mientras tú estas aquí, disfrutando de la buena vida, sin levantar un solo dedo para por lo menos atender a tu hija. Estoy harta, no aguanto un segundo más.
Es hora de cenar – le grita desde el comedor su madre. Al escucharla, la niña sale disparada y deja sobre la mesa de la cocina al oso de felpa que mira fijamente a la muñeca de trapo. En la mesa del comedor, su padre, cabizbajo, devora la comida de esa noche mientras la madre lo mira de reojo, tratando de disimular su disgusto y conteniendo sus deseos de iniciar la pelea anunciada en cartelera.

jueves, 18 de marzo de 2010

Nueva Vida.

Nunca había tenido voluntad propia, ni personalidad, ni carácter; ni siquiera un sentimiento genuino. Si reía o si lloraba era por las alegrías o la penas de otra persona, nunca por las propias. Por eso termino haciéndole caso a aquel impulso que le decía que se marchara y dejara todo atrás, que viviera su propia vida.

Para cuando encendí el computador y encontré el archivo con la historia que publicaría esa noche, mi personaje principal ya no estaba. Sobre la electrónica hoja de papel solo se encontraba un electrónico postick que decía: me he marchado a otro servidor, búscate un nuevo personaje que quiera vivir en tus historias.

martes, 16 de marzo de 2010

Ira

Acorralados y sin escapatoria, no tienen más opción que evaluar la situación en la que se encuentran. Ahí fuera, el enemigo es más fuerte y poderoso; de no hacer nada, la muerte se convierte en algo inminente. A estas alturas el joven no estaría con vida de no haber sido por la protección que el robot le ha ofrecido; su prioridad es que este sobreviva.

Debido a tanta presión el joven, preso de un ataque de nervios, empieza a perder la cabeza. Estamos perdidos, vamos a morir – se le escucha decir a gritos desesperados – deberías dejarme aquí, no soy lo suficientemente fuerte. Harto de su actitud, el robot lo toma por el cuello, le apunta con su arma en la cabeza y le dice: tienes razón, no vales la pena, seria mas sencillo matarte ahora mismo y salir de aquí por mi propia cuenta. Suéltame maldita maquina – Le grita a todo pulmón, ahora con un tono iracundo. Al escuchar esto el robot lo deja caer, le entrega un arma y le dice – la ira es mas provechosa que la desesperación; es hora de salir de aquí.

sábado, 13 de marzo de 2010

Quiero Desintoxicarme II

¿Por qué me miras así? Si, tuve una recaída ¿Y qué? ¿Acaso crees que soy el primero al que le pasa? Pues fíjate que no, estas cosas pasan, y pasa muy a menudo, y más cuándo el organismo ha estado en contacto con “drogas duras”. Si, se muy bien cuales son los efectos del consumo y se también cuales son los riesgos, pero francamente no me importa; a estas alturas ya soy psicológicamente dependiente. Y si, lo sé, estoy hecho mierda, pero joder, como he disfrutado ese ultimo viaje.

¿Me ves desde el otro lado del cristal y te preguntas cual habría sido el error? Es simple: un mal tratamiento. En mi primera intervención lo intentaron con desensibilización sistemática; ese rollo de ir reduciendo las dosis hasta llegar a un punto en que no las necesites, pero ya ves, no ha funcionado. Y eso me ha traído aquí, pues cuando se dio cuenta de que cada vez necesitaba dosis más grandes para satisfacer mis crecientes necesidades, alguien que sé que me quiere mucho se ha encargado de encerrarme en esta habitación y me ha puesto bajo tu cuidado, iniciando así un nuevo tratamiento que no necesita muchas explicaciones: Eliminación total de estímulos.

Llevo unas semanas aquí y ya estoy relativamente limpio, pero qué diablos, no quiero estarlo. En el fondo tú tampoco quieres estar ahí parada, observando tras el cristal, así que vamos, respira hondo, toma valor y abre la puerta. Salgamos fuera gritando: ¡¡LEGALICENLA!!

Quiero Desintoxicarme I

jueves, 11 de marzo de 2010

Ningún Náufrago

Hace veinte años que esperaba una señal y una avioneta se estrelló ayer en la isla. Cuando se apagó el fuego pude contar los cuerpos: cuatro hombres. Los senté y les conté mi historia: lo que he comido, donde he dormido, lo que he pasado desde que el yate perdió el mástil. Hoy, la radio aún emite una señal de SOS; por eso, esperanzado, coloqué los cuerpos como estaban, destruí mi cabaña, me afeité y me puse ropa limpia. Quiero dejar de ser un náufrago. Cuando estire la mano y toque la llama, mi cuerpo bañado en queroseno contará la historia de cinco muertos en accidente aéreo. Ni una palabra de un náufrago.
Raúl Sánchez Quiles

Final Feliz

El Autor tenía dos días buscando un final adecuado. Intentaba contar la historia de un hombre que sueña varias veces con una mujer a la que nunca había visto, hasta que una mañana, sin explicación alguna, abre los ojos y se encuentra con que ella está durmiendo a su lado, esperando a ser despertada.

Se encuentra estancado en este punto porque no puede llegar a un acuerdo con el personaje, quien está cansado de finales tristes. De brazos cruzados, se rehúsa a aceptar que se trata de una alucinación, un sueño o un espejismo y exige un final feliz para variar. El autor, tratando de complacerlo, busca un enfoque distinto, cambia algunas palabras y modifica situaciones pero no consigue un final a la altura, hasta que, agotado y sin fuerzas, decide complacer a su personaje sin importar la carencia de lógica en el final de la historia:

“… Al darse cuenta de que la mujer de sus sueños se encontraba a su alcance decidió probar suerte. Buenos días amor – le susurro al oído al tiempo que la abrazaba, iniciando así una tradición matutina que mantendrían durante el resto de sus vidas.”

domingo, 7 de marzo de 2010

Visión del Futuro

Poco después de la boda tuvo una visión de cómo seria su último día junto a ella. Fue algo confuso, con imágenes inconexas y carentes de sentido, pero como en todo sueño extraño, se tenía la sensación de saber lo que estaba sucediendo. En este caso, el sentía que se alejaba de su lado cansada de la vida que le había tocado.

La amaba y por eso decidió convertirse en el hombre perfecto. Dejó el alcohol y las salidas con los que según ella eran sus malos amigos, mejoró su figura y aprendió a ser un buen amante, un buen esposo y un gran amigo. Con el tiempo, llego a hacer a un lado las ideas que estaban en contra de su modo de pensar y terminó siendo la persona encargada de cumplir todos sus deseos. A base de esfuerzo y determinación se convirtió en el hombre que ella siempre soñó.

Es por eso que después de años de esa vida de ensueño ha tomado sus maletas y se ha marchado, harta hasta los huesos de vivir entre tanta perfección.

viernes, 5 de marzo de 2010

Psicoterapia.

Como siempre fui una persona reservada, al principio me costó mucho trabajo contarle mis problemas personales a alguien que en resumidas cuentas no conocía, pero ahora debo admitir que esto me resulta tan agradable que aun sigo aquí acostado y ya estoy pensado en cómo será cuando regrese. Ella parece estar notando que mi mente empieza a divagar. No te detengas – me dice con una voz dulce – hemos avanzado mucho y no sería bueno detenernos en este punto, así que cuéntame cual es el problema con aquella mujer de la que hablas. Después de unos segundos pensando, por fin logré articular palabra y le dije que el problema es que la quiero pero siento que no quepo en su mundo. Solo con pensar en esa situacion siento que voy a perder la cabeza, por eso he tenido que solicitar sus servicios y por eso estamos teniendo esta conversación.

Pensaba hablarle de mis ideas delirantes que incluían felicidad y cambios, pero ya habíamos excedido nuestro límite de tiempo y habían otras personas esperando su turno. Al darse cuenta de la hora quito su cabeza de mi pecho, detuvo mi discurso con un beso y con un solo movimiento sacó su cuerpo desnudo de la cama y lo puso en dirección al baño contiguo mientras me decía que continuaríamos en la próxima. Yo me quede observándola hasta que cerró la puerta a sus espaldas. Sin deseos de hacerlo, me levante de la cama, me vestí y deje sobre la mesa de noche la suma acostumbrada.

martes, 2 de marzo de 2010

Coitus interruptus

Aquella mujer era una rubia de esas que con solo verla te incita al pecado. Sus sensuales movimientos, perfeccionados con años de práctica, y acompañados por un cuerpo escultural la convertían en un arma comparable a una espada samurái en las manos de un maestro asesino. Y aquí estaba, sobre mi cama, desnuda y dispuesta, rogando por un poco de mi carne. Besé sus labios y me embriague con su saliva. Nos fundíamos uno sobre otro y justo cuando el mundo dejaba de existir fuera de estas paredes, violentos acordes de guitarras metálicas rompen el silencio que nos rodeaba. Las voces guturales que salen de mi teléfono celular anuncian la llegada de un inútil mensaje de la compañía telefónica, mensaje que borré sin siquiera leer. Cuando volví a cerrar los ojos la rubia ya no estaba.

lunes, 1 de marzo de 2010

Motivos para celebrar

Nunca creyó en la trascendencia del alma más allá de este plano de existencia, por eso, cuando sobrevivió milagrosamente a aquel accidente de transito, se dispuso a celebrar la vida como nunca antes lo había hecho. Salió del área de emergencia del hospital directo al bar mas cercano sin siquiera esperar la llegada de sus familiares y durante cuatro días seguidos tomó todo el alcohol que su cuerpo pudo resistir sin que le sorprendiera el hecho de que durante ese tiempo nadie le llamara para preguntar por su paradero, pues es que esta no era la primera vez que encontraba motivos para celebrar.
Danto tumbos, se dirigió hacia su casa a sabiendas de que recibirá la tunda de su vida a manos de su esposa cuando esta lo viera en un estado tan maltrecho. Cuando por fin llego hasta su humilde morada le sorprendió el puñado de personas ahí se habian reunido. Como pudo, se abrió paso hasta llegar al recibidor y al ver la escena que allí tenia lugar sintió disipar la borrachera que arrastraba. En el centro del salón, una mesa con manteles blancos ocupaba la mitad del espacio y sobre esta se exhibía una de sus pocas fotos en que no se notaban las cicatrices que la mala vida había dejado en su cara. Junto a la mesa, su esposa, vestida de negro y con un velo oscuro que busca disimular un poco el dolor fingido de su rostro. Gritó con todas sus fuerzas pero nadie pudo escucharlo. Luego de unos minutos termino aceptando que estaba muerto y que no andaba de parranda.