lunes, 1 de marzo de 2010

Motivos para celebrar

Nunca creyó en la trascendencia del alma más allá de este plano de existencia, por eso, cuando sobrevivió milagrosamente a aquel accidente de transito, se dispuso a celebrar la vida como nunca antes lo había hecho. Salió del área de emergencia del hospital directo al bar mas cercano sin siquiera esperar la llegada de sus familiares y durante cuatro días seguidos tomó todo el alcohol que su cuerpo pudo resistir sin que le sorprendiera el hecho de que durante ese tiempo nadie le llamara para preguntar por su paradero, pues es que esta no era la primera vez que encontraba motivos para celebrar.
Danto tumbos, se dirigió hacia su casa a sabiendas de que recibirá la tunda de su vida a manos de su esposa cuando esta lo viera en un estado tan maltrecho. Cuando por fin llego hasta su humilde morada le sorprendió el puñado de personas ahí se habian reunido. Como pudo, se abrió paso hasta llegar al recibidor y al ver la escena que allí tenia lugar sintió disipar la borrachera que arrastraba. En el centro del salón, una mesa con manteles blancos ocupaba la mitad del espacio y sobre esta se exhibía una de sus pocas fotos en que no se notaban las cicatrices que la mala vida había dejado en su cara. Junto a la mesa, su esposa, vestida de negro y con un velo oscuro que busca disimular un poco el dolor fingido de su rostro. Gritó con todas sus fuerzas pero nadie pudo escucharlo. Luego de unos minutos termino aceptando que estaba muerto y que no andaba de parranda.

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