lunes, 28 de febrero de 2011

Pistolas.

Vuelan las balas en medio del desorden. Ocurre todo muy rápido. Luz roja, conductor temerario. Yo conduzco respetando las leyes y ahora mi coche tiene incrustado otro que no vale la mitad de su precio. No pienso, salgo con pistola en mano. El otro conductor, también armado, me apunta. Yo disparo y fallo. El responde con igual torpeza. Todos corren en medio de gritos y horror.

– ¿Quiere una 9 mm o no? – pregunta el tipo de Ammu Nation, sacándome del trance.

– Mejor no – respondo, aun con la imagen en mente – después de todo creo que no puedo tener un arma.

lunes, 21 de febrero de 2011

Un Héroe.

Crecí en un pueblo carente de protagonistas y plagado de mediocres, donde todos son extras y donde ninguno parece verse abatido por el común anonimato. Aquí todos se conforman con ser actores de reparto, todos excepto yo, claro. Por eso escribo la historia de mi vida, contada en tercera persona para así poder maximizar un poco las proezas sin ser señalado y disminuir los pequeños fracasos que podrían distraer al lector del objetivo principal. Lo hago solo porque sé que un héroe es todo lo que este pueblo necesita para salir de las sombras. Alguien cuya historia resulte inspiradora. Alguien como yo, solo que con ligeras diferencias. Que no esté atrapado en un cuerpo esquelético, por ejemplo, que no padezca de una fobia social que le impida el contacto humano y sobre todo que no haya crecido en un pueblo como este.

viernes, 11 de febrero de 2011

La mordedura del burro radioactivo

Ocurrió que mientras visitaba una feria de ganado, y por circunstancias que no vienen al caso, me mordió un burro radioactivo. Obviamente adquirí sus poderes, pero no creí conveniente darme a conocer haciéndome llamar el Hombre Burro, asi que decidí mantener el anonimato. Siempre intenté ocultar mis poderes, pero creo que en las reuniones de trabajo algunas de mis intervenciones hacían sospechar, en ocasiones, a alguno de los asistentes. Fue así como, poco a poco, supe aprovechar mis habilidades adquiridas para ir escalando posiciones. Hoy, que ya domino el mundo, podré desvelar por fin ante mis súbditos mi verdadera identidad.

jueves, 3 de febrero de 2011

Agente especial C.


Es un agente internacional que goza de gran prestigio dentro de su organización gracias a que, a pesar de los años, sigue siendo el mejor en su especialidad. Brinda servicios todo el año pero estas fechas suelen ser las más activas del calendario. En esta época se despierta antes que suene el reloj, se pone su smoking, unos lentes oscuros y ajusta el silenciador de su pistola de dardos. A penas puede parar un segundo a mirar el arco y las flechas de corazones colgadas en la pared y recordar los tiempos de su infancia, cuando todo era más sencillo.

martes, 1 de febrero de 2011

Recaida Vespertina.

Creí que seria un día tan normal como cualquier otro y por poquísimo tengo razón, si no hubiese sido porque aquella tarde el tiempo se detuvo. Eran poco más de las 6:00 cuando sin razón todos se quedaron tiesos. Todos, incluso el Cocker Inglés de la Sra. Gretchen, que se quedó rígido mientras corría en el patio y los pajaritos del Sr. Willson, que se quedaron suspendidos en sus jaulas, todos, salvo yo, fueron víctimas del fenómeno.

Salí de la residencia para comprobar si se trataba de una broma pesada o en busca de alguien mas que haya sido excluido de la fiesta de enajenación. Busque por todos lados y mientras lo hacia observe muchos pequeños detalles que suelen pasar desapercibidos cuando el reloj esta en movimiento, detalles tan minúsculos que solo podrían ser observados con la ayuda de algún aparato especializado y otros que ni siquiera por estos, como el miedo escondido tras la furia que expresaban los ojos de aquella mujer.

Camine y camine sin parar durante lo que según yo fueron días, es difícil estar seguro, hasta que me sorprendió a lo lejos una silueta en movimiento. Corrí y le grité hasta que pude alcanzarlo. Era un hombre entrado en edad que empujaba una carreta con varios tanques de aceite. Le pregunte qué a donde iba. "No ve que el mundo se ha vuelto a detener" me dijo indignado, "Voy al pozo sin fondo que está en las afueras de la ciudad para engrasarlo de nuevo y hacer que todo vuelva a la normalidad. Le recomiendo que regrese cuanto antes al lugar del que vino para que las personas que dejó no se lleven un susto pensando que ha desaparecido”. No tenía a nadie esperándome, pero igual le hice caso y partí. Extraño la rutina que tanto odiaba, la gente con la que nunca hablo y la comodidad de mis paredes acolchadas.