Vuelan las balas en medio del desorden. Ocurre todo muy rápido. Luz roja, conductor temerario. Yo conduzco respetando las leyes y ahora mi coche tiene incrustado otro que no vale la mitad de su precio. No pienso, salgo con pistola en mano. El otro conductor, también armado, me apunta. Yo disparo y fallo. El responde con igual torpeza. Todos corren en medio de gritos y horror.
– ¿Quiere una 9 mm o no? – pregunta el tipo de Ammu Nation, sacándome del trance.
– Mejor no – respondo, aun con la imagen en mente – después de todo creo que no puedo tener un arma.
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