jueves, 9 de junio de 2011

Final

Lo peligroso de la guerra fría era que podía desatar un desastre en cualquier momento, y lo hizo. Cuando menos se pensaba algún militar tomó de más, abofeteo a un funcionario extranjero en una junta diplomática y en menos de dos días el cielo cambio de azul a negro viéndose además plagado de misiles. Como era de esperarse en una situación similar, el resto de las potencias mundiales no tardaron en tomar el bando de mayor conveniencia, pero no pudieron evitar el trágico desenlace. Las guerras se extendieron durante años hasta el punto en que nadie recordó por qué peleaba y eventualmente la muerte cubrió la tierra haciendo que el silencio fuera total. Al final, la única luz de la casa postrera en la última ciudad con electricidad fue apagada por el último hombre en pie. Un ecologista que intenta salvar el mundo mediante el ahorro de energía.
      


Nota: Con la publicación anterior se cierra una etapa importante de la vida del autor para dar espacio a nuevas experiencias personales y literarias, haciendo de esta la última entrada que será escrita para este blog. Quizá, en un futuro no muy lejano, estaremos ofertando una nueva propuesta con un enfoque distinto. Esperamos poder contar con la presencia de los lectores fieles.

Gracias, Totales.

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