miércoles, 28 de abril de 2010

Inspiración sintética.

La inspiración parecía haber desaparecido sin razón alguna, pues tenía ya varios días sin escribir ni publicar nada nuevo, cosa que acostumbra hacer con cierta regularidad. Tenía buenas ideas pero no alcanzaba a completar ninguna.

Harto de la falta de imaginación intento ayudar un poco a su creatividad preparando un ambiente apropiado. Whisky con hielo, luces apagadas, música de fondo y un cursor que parpadea sobre una pagina en blanco. Primer trago y las ideas empiezan a fluir: un hombre que le da la vuelta al mundo buscando la felicidad y termina encontrándola en el preciso momento en que deja de buscarla; el tipo que cree estar muerto porque nadie le escucha y luego se da cuenta de que realmente es el único ser vivo en toda la tierra; el hombre que mato la tristeza; la niña que se rehúsa a dormirse sin escuchar un cuento y recibir su beso de buenas noches…

Solo ideas absurdas, cosas que nunca pasan. Agotado por el esfuerzo, con un ligero mareo alcohólico y los ojos cansados por la pantalla, se da por vencido. No hay forma de forzar a la musa. No le queda más que escribir su propia historia:

“La inspiración parecía haber desaparecido sin razón alguna, pues tenía ya varios días sin escribir ni publicar…”

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