viernes, 5 de marzo de 2010

Psicoterapia.

Como siempre fui una persona reservada, al principio me costó mucho trabajo contarle mis problemas personales a alguien que en resumidas cuentas no conocía, pero ahora debo admitir que esto me resulta tan agradable que aun sigo aquí acostado y ya estoy pensado en cómo será cuando regrese. Ella parece estar notando que mi mente empieza a divagar. No te detengas – me dice con una voz dulce – hemos avanzado mucho y no sería bueno detenernos en este punto, así que cuéntame cual es el problema con aquella mujer de la que hablas. Después de unos segundos pensando, por fin logré articular palabra y le dije que el problema es que la quiero pero siento que no quepo en su mundo. Solo con pensar en esa situacion siento que voy a perder la cabeza, por eso he tenido que solicitar sus servicios y por eso estamos teniendo esta conversación.

Pensaba hablarle de mis ideas delirantes que incluían felicidad y cambios, pero ya habíamos excedido nuestro límite de tiempo y habían otras personas esperando su turno. Al darse cuenta de la hora quito su cabeza de mi pecho, detuvo mi discurso con un beso y con un solo movimiento sacó su cuerpo desnudo de la cama y lo puso en dirección al baño contiguo mientras me decía que continuaríamos en la próxima. Yo me quede observándola hasta que cerró la puerta a sus espaldas. Sin deseos de hacerlo, me levante de la cama, me vestí y deje sobre la mesa de noche la suma acostumbrada.

4 comentarios:

  1. mmhh, que terapia tan moderna, bien! No era lo que esperaba...te imagine recostado en el sofa de un consultorio. Lo lograste!

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  2. Alguien me dijo que "Ellas" son las terapeutas de la actualidad.

    Gracias por la visita

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  3. Malos amigos que conocen buenos lugares…

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