Hace veinte años que esperaba una señal y una avioneta se estrelló ayer en la isla. Cuando se apagó el fuego pude contar los cuerpos: cuatro hombres. Los senté y les conté mi historia: lo que he comido, donde he dormido, lo que he pasado desde que el yate perdió el mástil. Hoy, la radio aún emite una señal de SOS; por eso, esperanzado, coloqué los cuerpos como estaban, destruí mi cabaña, me afeité y me puse ropa limpia. Quiero dejar de ser un náufrago. Cuando estire la mano y toque la llama, mi cuerpo bañado en queroseno contará la historia de cinco muertos en accidente aéreo. Ni una palabra de un náufrago.
Raúl Sánchez Quiles
Complaciendo peticiones.
ResponderEliminarSi así es como complaces peticiones... creo que las haré más a menudo.
ResponderEliminarMe encantó. GRACIAS!!!!
A mi tambien, y me consta que complace peticiones... ;)
ResponderEliminarAnónimo: Sabes usted que sus deseos son ordenes para mi.
ResponderEliminarMilia: Estas a punto de obtener acciones en este espacio. ¿Cómo podria dejar de complacer una petición tuya?
A ambas: Gracias por la visita