domingo, 3 de enero de 2010

Elena. Parte II

Elena era el tipo de mujer que aun sin quererlo incitaba al pecado. Su piel morena, perfecta figura y ojos color miel, la hacían sumamente irresistible. Aun sin quererlo, estas cualidades le ayudaban a obtener las cosas que necesitaba; de algún modo esto siempre le incomodo porque no importaba cuanto se esforzara por obtener algo, la gente siempre terminaba pensado que se había acostado con alguien para conseguirlo. Nada más alejado de la realidad. Se pueden contar con los dedos de una mano el número de hombre que llegaron a conocerla a fondo. Los amó a todos en su momento. Para su desgracia El Licenciado era la excepción. Aunque vivían juntos como marido y mujer nunca tuvieron una relación amorosa. El solo quería acostarse con ella y ella termino aceptándolo por la presión de sus padres y la esperanza de algún día llegar a quererlo. Después de años de matrimonio se hicieron evidentes sus infidelidades y aunque más de una vez calentó el agua que le tiraría encima una mientras estuviera dormido, siempre terminaba apagando la estufa entre lágrimas. Cada día tenia que hacer el papel de esposa fiel sin importar lo mucho que lo odiara; sabia que estaba casada con un tipo muy peligroso. Solo le reconfortaba la ilusión de que el día menos pensado saldría del lujoso agujero que llamaba casa y partiría hacia un lugar en el que no pudiera alcanzarla su esposo. Tan decidida estaba que guardaba en el desván una pequeña maleta con lo esencial para iniciar una nueva vida.

Todo transcurría en la más sumisa de las resignaciones hasta que sin darse cuenta empezó a verse a escondidas con la mano derecha de su esposo, un joven audaz que se había ganado el cariño y la confianza del Licenciado por su aparente honestidad e increíble habilidad en los juegos. Según su esposo esta combinación era poco común y no podía permitir que un diamante en bruto como este se le fuera de las manos. Era esa la razón por la que siempre lo mantenía cerca, rondaba la casa como fuese suya y en ocasiones se lo iba de vacaciones a la casa de verano con el resto de la familia.

Nunca supieron explicar como inicio todo. Una tarde a solas, whisky con hielo, mucha amargura acumulada y belleza segadora: no es dificil de deducir. Inicio como un error y siguió creciendo hasta que se convirtió en lo único en que ambos pensaban. Tenían que hacer algo rápido, Juanma había empezado a perder en las apuestas y Ella ya no podía acostarse con el Licenciado, quien al verla mas reluciente que nunca revivió la atracción que sintió al conocerla.

En este punto, la vida en la ciudad se había hecho muy pesada y peligrosa así que decidieron cumplir juntos los sueños de Elena. En tres días saldría del país; el llevaría todo el dinero que había guardado, ella sacaría la maleta del desván y ambos saldrían del país sin mirar a tras. Un plan arriesgado que intentaron llevar a cabo. En tres días sabrían si los sueños se hacen realidad…

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