viernes, 25 de diciembre de 2009

Un hombre con suerte. Parte I

El Sr. Juan Manuel Jaques, un humilde pero visionario agricultor, tenía bien claro que el futuro de su hijo no era trabajar las tierras que sus abuelos habían conquistado puesto que el, quien había trabajado junto a su padre mientras este tuvo vida, apenas contaba con los bienes mínimos para sobrevivir. A base de sacrificio, hizo todo lo posible para ofrecer a su único hijo la mejor educación que se podía obtener en un recóndito lugar olvidado por Dios. Pero los estudios no estaban en los planes del joven Juanma. A temprana edad se dio cuenta que los libros no eran lo suyo y, contrario a los deseos de su padre dejo la escuela y se fue a probar suerte a la gran ciudad.
Una vez llego a la tierra prometida arranco la cacería de fortuna. Inicio por las bancas deportivas locales apostando todo lo que tenía encima, a ver si la suerte le sonreía. Alguna vez escucho a alguien decir que el diablo es sucio y te da suerte de principiante con la intención de que quedes enganchado en el juego; esa noche se dio cuenta que estos tenían razón, puesto que triplico en su primera intento todo lo que tenía encima. Con el tiempo fue adquiriendo fama en las bancas locales hasta el punto de que en algunas no le permitían la entrada.
Fueron muchas las palizas que soporto por tener más suerte de lo recomendable antes de conocer aquella mítica figura del mundo de las apuestas, El Licenciado. Era un hombre corpulento de edad avanzada, con aires de superioridad y aspecto rudo, aunque confiado con las personas que le demuestran merecerlo. Había estudiado derecho en la universidad estatal, pero, como muchos otros colegas nunca ejerció la carrera sino que se dedico a otra clase de negocios. Era todo un magnate del entretenimiento para adultos. Dueño de discotecas, billares, tiendas de licores, bingos recreativos, bancas de apuestas y toda clase de negocios de este tipo. Vivía en un acomodado residencial de la ciudad capital y no le gustaba que asociaran su vida personal con sus negocios, razón por la cual nunca ofrecía su nombre real sino que era conocido como El Licenciado.

Un día alguien le conto que un joven audaz le estaba haciendo un hoyo a las ganancias de la banca principal y que de seguro tenia un acuerdo con los cajeros porque en todo un mes no había perdido una sola vez. Esto llamo tanto la atención del Licenciado que mando a sus secuaces a que le vigilaran de cerca. Cuando comprobaron que el joven no hacia trampa sino que tenía una habilidad especial le mando a llamar y le dijo:

- Te he estado observando y veo que tienes un don muchacho. ¿Cuál es tu nombre?
- Juan Manuel Jaque, pero todos me llaman Juanma Sr.
- Bien Juanma ¿Quieres ganar mas dinero del que jamás has soñado? – le dijo mientras le sonreía.
- ¿Qué tengo que hacer Señor? – contesto sin pensar en mas.
-No tienes que matar a nadie, tranquilo. Cuando salgas de esta habitación el seguridad de la entrada te entregara un maletín con medio millón de pesos en papeletas de a mil y te dará la dirección de una banca en la que quiero que los apuestes. Es la banca de la competencia. Muéstrame lo que tienes, duplica esa cantidad y hablaremos de negocios.

Aquella noche el joven Juanma se sentía con suerte y aposto como nunca. Regreso a la oficina del Licenciado con cuatro veces la cantidad que le habían entregado. Se dividieron las ganancias 3-1 e iniciaron los negocios.
A partir de entonces Juanma aposto con el dinero del Licenciado y este ofreció toda su confianza, puesto que contrario a como esperaba, el joven nunca intento quedarse con mas dinero del acordado. – Tu eres de los buenos – le decía mientras contaba el dinero cada noche. Y es que este había aprendido una importante lección de su padre: “No muerdas la mano que te da de comer”

Todo marchaba de maravilla hasta que conoció a Elena.

1 comentario:

  1. Para cuando la segunda parte???

    Espectativas altas :P

    PD: Por cierto, Feliz Navidad y Feliz 2010!!!

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