Como era bien sabido que no podían estar juntos y mucho menos separados una vez mas habían decidido iniciar de cero. Ambos sabían que no lo lograrían. Después de un largo rato, ambos mareados y tumbados en el suelo lo vieron todo con mucha claridad.
Con una sonrisa en los labios amarro los cartuchos a su pecho y ella lo abrazo. Ambos pulsaron el botón al mismo tiempo y el ruido rompió los cristales, la luz ilumino los cielos, ambos flotaron en todas direcciones.
Ahora nada puede separarlos. Ahora ambos flotan libres con el viento.
Que triste! pero admiro su determinación!
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