domingo, 27 de junio de 2010

Velocidad relativa.

Mi madre siempre me dijo que debía ser agradecido con los dones que la naturaleza había apartado para mí. Si te hubiese querido con alas, con alas hubieses nacido – me decía, como a modo de consuelo. La verdad nunca me hicieron falta sus conejos, yo era un tipo feliz con la vida que llevaba. Si bien tenía que andar con mi casa a cuestas, mi única preocupación era tener que buscar una más grande cuando la actual me resultara demasiado pequeña; y una casa mas grande siempre aparece. A fin de cuentas, todos tenemos que pasar por eso.


Yo era un tipo feliz viviendo entre caracoles e ignorando la existencia de otras formas de vida, hasta que llegaron esos tipos extraños, con su tamaño colosal y una su velocidad increíble. Nos pasan por el lado y nos miran de reojo como si no fuésemos nada comparados con ellos, y es que realmente no lo somos. Ahora que sé cual es la posición que ocupamos en este mundo tan hostil siento que la vida de caracol es demasiado peligrosa. Necesito ser más grande, más fuerte, más rápido. Ya no quisiera ser caracol, quiero ser como esos tipos. ¡Quiero ser una tortuga!

1 comentario:

  1. Creo que instalaron una fabrica de pintura al lado de tu casa.

    PD: Ta apero tio

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