jueves, 6 de mayo de 2010

De psiquiatras, psicologos y otros enfermos

Es cierto, este diván es bastante cómodo, no se por qué nunca me había recostado en él. Pero bueno, aunque esta experiencia me resulta sumamente interesante y sé que no debo estar aquí acostado sin más, mientras usted me observa, francamente estoy disfrutando de la tranquilidad de este ambiente controlado y el tener la disponibilidad de hablar tranquilamente con alguien que comprende tu modo de pensar, sin exaltarse demasiado, ofrece una sensación muy agradable. Ahora entiendo porque la gente paga tanto dinero por una consulta. Pero ya es suficiente, no podemos durar toda la sesión hablando sobre mí, pues no se trata de eso; así que por favor doctor, devuélvame mi libreta y recuéstese en el diván. Haga de cuenta que usted no esta hablando con un colega psicólogo y permita que esta vez yo haga el trabajo solo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario