lunes, 15 de febrero de 2010

Días diferentes

El abuelo tiene ochenta y cinco años. Hace meses que esta reviviendo la gloria de sus años mozos. Un día elige levantar pesas, otro día prefiere corre en un maratón o escala una montaña local. Hay días en que solo se dedica a perseguir alguna jovencita que siempre termina cayendo a sus pies gracias a sus encantos y la seguridad que mantiene por su aun intacta virilidad. Cada día es distinto, así que también hay días tristes. Hay días que despierta atrapado en su cuerpo decrepito por la enfermedad, inmóvil, ante la mirada lastimosa y los absurdos monólogos de quienes conversan con el.

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