domingo, 7 de junio de 2009

De la memoria y otras cosas que no utiliza.

A temprana edad desarrollo un enorme grupo de habilidades especiales que, a lo largo de su vida, lo sacarían de muchos problemas y que, sin embargo, lo meterían en muchos otros de igual o mayor magnitud. Su memoria es un vivo ejemplo de este fenómeno. Su entrenamiento para ingresar al servicio secreto le llevó a desarrollar una increíble memoria fotográfica. Tanto es así que para cuando llega a su casa, 14 horas después de haberse levantado, su maravillosa memoria tiene la facultad de describir con lujo de detalles la sucesión de eventos que lo llevaron hasta allí.

Lastima que esta increíble habilidad sea tan caprichosa. Resulta irónicamente gracioso el echo de que tenga la capacidad de recordad con lujo de detalle que sobre su mesa de noche, había dejado esta mañana su gel para el pelo, un cepillo, una afeitadora eléctrica, el teléfono inalámbrico, unos cds de un compañero, aquel perfume nuevo, las películas que tiene que regresar mañana, tres libros y una revista, pero le resulte imposible recordad el nombre de aquella jeva de su clase que esta exageradamente buena. Que desperdicio. Si tu memoria almacena lo que le da la gana, cuando quiere y si le place, es una tortura más que un don. Al menos siempre le resultara divertido atar un pequeño hilo en su dedo índice y al otro día estar preguntándose para que diablos se habrá amarrado aquel hilo.
No cabe duda, le estorba la memoria, sus sentidos le distraen.

1 comentario:

  1. ¿Memoria selectiva? Habría que entrenarla para que aprenda que las jevas siempre tienen prioridad sobre las mesas de noche. Bien, Clawer, bien.

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